sábado, 14 de junio de 2008

Ya nada me parece normal
hasta yo mismo he cambiado
tengo la cabeza al otro lado
y los pies siempre en el camino
listos para huir
cuando me digas que sí,
yo me asegure un futuro
y tu borres el pasado.

Ahora me doy cuenta
siempre he estado perdido
y aún no me encuentro
ni sé dónde está.
***

Malditas ganas de hacer algo y no sé qué es. No lo sé. Hay algo que me presiona las muñecas y me tira. Pero no consigo ver qué demonios es. ¿Debo cambiar? Tampoco lucho por ver qué es, las telerañas se quedan ahí, sucias y polvorientas. Ensangretado conformismo. Sí, ensangrentado. Porque me torturo sabiendo qué puedo y me conformo con nada, ¡con nada!. Ya ven.
Se dice que la adolescencia es pura lucha, rebeldía y puede que sí, pero ya no hay ganas de caminar y de poner la cara de gilipollas para que todas rían y piensen que va bien, que no hay nada que te doble por el estómago y lo hay.