jueves, 8 de mayo de 2008

Me acabo de dar cuenta que necesito abrazar a mi madre y no es porque haya sido el dia de la madre o algo parecido, no me van esas consumistas fechas, no me van. Me acabo de dar cuenta que hace semanas que no abrazo a mi madre, será porque casi no la veo, pero eso no es excusa, tampoco quiero inventarla. Tal vez sea porque acabo de escuchar una canción y cada frase me vacía por dentro, pero no, tiene que ser algo más profundo, lo intuyo. A lo mejor es porque estos días se envuelven y me confunden, me golpean en la cara, me dicen que ya basta, que hay algo que hacer. Y no soy capáz de saberlo, ni de actuar, ni de hablar, ni tan si quiera respirar a lado de mi madre. Ya sé, la necesito, quiero pedirle perdón por mi indiferencia, por despreocuparme de todo o fingir que nada me importa, que nada me pellizca el corazón y no es así, no es así porque me arde el pecho y la cabeza me duele y la piel se deshace y me quedo desnudo y cada sonrisa me parece mentira y no sé ser feliz y no...

Me pregunto cuán grave es esto, sé la respuesta, es tan grave como que al sol se le olvide levantarse, tan grave como que al agua se le olvide el camino de vuelta, tan grave como que se caigan los sueños cuando el mundo gire, tan grave como que los besos se resbalen para siempre de los labios, sí, tan grave como todo eso.