martes, 3 de agosto de 2010

La Chica Pin Up.

1. La chica pin up. Lleva un tanga oscuro que abre sus nalgas y las exagera más construyendo así su culo perfecto, su culo abundante, bamboleante... Rockabillies de este siglo la persiguen por todos los sitios, ofrecen sus motos y es invierno y ella no quiere, prefiere resguardarse en el bar, me prefiere y mis palabras se sobreponen, se rehacen a la música, me acerco a ella y le digo poesía que no es poesía por encima del ruido. Solo me escucha a mí y la realidad es nuestra realidad, al menos ese momento que yo lo intentaba con ella. ¿Quieres casarte conmigo? y ella sonríe, me besa en la mejilla y luego se marcha. Yo me quedo con medio vaso de cerveza y el chupito de tequila que agotó sin despedirse de mí. Pero me besó.

2. Y otra vez en otro bar. La Chica Pin Up me mira a los ojos por encima de la jarra de cerveza. Confundo el blanco de sus ojos con la espuma y me pierdo; la atmósfera del antro se deshace, mi cuerpo siente la distancia, el magnetismo y el deseo sobre la piel, pero bebo Tequila y todo vuelve a su sitio, el hígado se estremece al caer el líquido y el corazón vuelve a su lugar, y el riego sanguíneo golpea repentinamente mis sienes. Me rehago y ya no está. Otra vez se ha marchado sin despedirse y ahora sin beber Tequila. Sin dejarme el recuerdo de sus labios al filo del vaso, no sobre mi piel. Esta vez no. Because you're mine/ I walk the line¹.

3. Las mismas noches nos suceden. Me emborracho sin prestar atención a las gracias de mis amigos y al lenguaje corporal que una mujercilla desde hace un rato me dedica. Y no dejo de pensar en La Chica Pin Up, de imaginarla mejor fuera de la oscuridad y el ambiente corrupto de esta ciudad. Solo pienso en robarle la noche y cerrarle la boca cuando quiera explicarme que tiene novio, que no puede hacerlo y esas excusas de la vida aburrida. Con un beso. Pero ahora mismo ella no está y no tengo la oportunidad de romper el velo de timidez que cubre mi corazón y no lo deja latir con la rabia acumulada. Así que se me coagula la sangre y la desesperanza llega a mis ojos. Mientras bebo. A veces, sólo noches vacías

4. Borracho. Salgo del bar anterior y la busco en esta ciudad, pero el viento silencia mis gritos y ella no aparece por las calles solitarias de la madrugada. Entro en otro bar. Otro más. ¡Y por todos los rockeros que morirán! ¡Ella está ahí! Escucha sin atención los piropos de todos y desatiende las miradas de chicos y chicas que darían su nombre por ir con ella. No pierdo más tiempo: no tengo otra vida ni otra noche. Voy hacia ella y mi mente va deprisa, tanto que las palabras se me atragantan y solo llegó a escupir frases inconexas. Siempre que pienso en ti me la tengo que menear porque ya sabes lo que te quiero³…La Chica Pin Up se abalanza hacía a mí.

¹Versos de I walk the line de Johnny Cash.
²Verso de Las Chicas del Drugstore de Burning.
³Piropo de España, libro del escritor aragonés Manuel Vilas.