martes, 4 de septiembre de 2007

Algo.

Y por qué no,
beber una copa de olvido,
gritar y escuchar el eco.
Deshacerme del sol
y robarle la luna al cielo.

Establecerme en un mar
y obligarme a no volar,
a pescar cualquier vicio
que me ayude a morir en paz.

Hacerle una iglesia a la soledad
y suicidarme con ella;
cantar bajo mi luna
y matar el tiempo con alguna.

Escribir un testamen para la pobreza.

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