sábado, 27 de octubre de 2007

No, no lo admito.

El hombre se fue, pidió perdon; no, no lo hizo. Se marchó si decir adiós. Le habían robado el corazón y no lo quería admitir. No era su estilo. Simplemente tomó su maleta llena de roces prohibidos.
Machala fue la ciudad, "La Cuca" el pueblo y su imaginacion el campo de batalla. Ella rechazó a tantos, pero con él hablaba. Le confió su virginidad. Inútil: hablar, soñar con él... no se daría cuenta del amor que envolvía a esos roces y confidencias.

Tres años, una diferencia que no asesina a ninguno de los dos.
9 horas de avión, una distancia que no supondría un problema si el dijese que sí.
Incomunicación, no, si él siguiese escribiendo para ella.

(Recomendación: alguien aclare a ese loco que su razón está en vivir con ella.)
Y ahora es cuando él se arepiente de haber venido, de no haber dicho: "Prefiero quedarme acá". Hace tiempo de eso...Hace años de eso...

El primer año, él compartió con ella lo ireal de su vida sexual. No supo que decir, era virgen y aun lo sigue siendo. Pero de labios, no. De labios no.

De qué vale esta soledad que sufre él, si cualquier día de estos días se cansará y tomará el primer avion, cargará su guitarra y se deshará de sus penas. Llegará limpio a esa urbanización que comparten ricos y medio-ricos. Pero eso sí, no tendrá plata, solo unos estudios que lo descartan de cualquier trabajo honesto para él.

¿Ella? Puede que se acostumbre a la falta de confianza, a no saber qué hacer los domingos por la tarde cuando el pueblo se nuble y el polvo entre a las casas. Y escape a su rincón de amor, donde lo recuerda en bañador, en ese gimnasio privado donde él le quitó el bikini y la deshizo con sus besos. Pero no vió sus pechos. No lo lamenta, para el sexo hay una vida entera y muchos errores por reconocer. ¡Aun es virgen! ¡Aun es virgen!

Y un día de Agosto se vieron buscando en sus manos.

2 comentarios:

Ana dijo...

Me gusta. Sí señor... tienes un modo de escribir distinto, diferente, y eso es bueno.

Me alegro de que sigas escribiendo.

Manuel Arenas dijo...

Oxtia¡¡¡ Alguien que comenta. Abrí este blog, después de actualizar el otro. Con ganas de actualizar este también. Qué sorpresa alguien que comenta. Es tan solitario, este blog, es como un pueblo de la costa al que ha arrasado el mar.

Bueno gracias Ana, me alegra saber que hay gente a la que le gusta lo que escribo. Gracias por comentar.